Tanto en nuestra naturaleza como en el universo hay tres partes; en el universo hay polo negativo, polo positivo y medio que es el magnetismo. En el cuerpo humano también hay tres partes; físico, mente y energía vital. Para mantener un buen equilibrio orgánico el cuerpo tiene que contener la misma cantidad de energía en estas partes, si no es así, aparecen los diferentes síntomas por falta de energía.
Pero el cuerpo no puede generar la energía vital. El cuerpo de los seres vivos, no está preparado para elaborar o producir el mismo la energía vital que necesita para su correcto funcionamiento. Está hecho de tal forma que sólo la pueda obtener por medio de la naturaleza (del sol, del aire, de la tierra), si necesita más energía vital, debería de comer más alimentos energéticos, por lo que es fundamental conocer cuáles son los más energéticos.
El hombre y la mujer tienen dos constituciones orgánicas diferentes, estas diferencias se basan en la cantidad de energía vital que posee su organismo. Tienen donde más necesitan para poder realizar sus funciones, cada uno tiene un objetivo diferente y está hecho para poder cumplirlo, el equilibrio interno de cada sexo es al contrario, por lo tanto lo que necesitan para funcionar también lo es. Por eso, para mantener su equilibrio, el hombre y la mujer deberían alimentarse de manera diferente, si no se desequilibra el interior y aparecen los problemas de salud.
El cuerpo para generar células, elaborar la sangre y formarse, necesita varias sustancias (agua, vitaminas, minerales, enzimas, etc.), la mayoría de estas sustancias se deben obtener de los alimentos. También necesita de su combustible, la fuerza vital (energía vital) para que funcione el mecanismo del cuerpo (órganos, vísceras, mente, físico, emoción, etc.), esta fuerza, el cuerpo no la elabora, por lo tanto debe cogerla en su mayoría de alimentos energéticos, (mejor dicho, debe comer alimentos que contengan energía vital).
Es importante diferenciar las calorías no son lo mismo que la energía vital. La energía vital es la fuerza que germina la semilla, cuando hierve o cocina los alimentos, esta fuerza vital desaparece.
Continuará...
